viernes, 28 de abril de 2017

surgimiento de las naciones en europa

La edad media había terminado. Al menos ese fue el convencimiento general de Europa a finales del XV. Por supuesto, ignoraban que las secuelas de este "tiempo medio" entre la edad de oro grecolatina y la nueva era del humanismo se prolongaría unos cuantos siglos más. Pero lo cierto fue que entre 1475 y 1492 se concretaron procesos que se desarrollaban desde la década de 1320. Europa se recuperaba de una grave crisis general: las catástrofes de las guerras, especialmente la de los Cien Años; las continuas pestes que dieron muerte a una tercera parte de la población europea y sus inevitables consecuencias económicas; el resurgimiento de los turcos y el desgarramiento de la Iglesia con el Gran Cisma. El ámbito geográfico, la organización política y la mentalidad cambiaron radicalmente en comparación con los primeros años del siglo XIV. 
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Humanismo: Dedicatoria de las "Tabulae astrologicae"
de Giovanni Bianchini al emperador Federico III. Siglo XV.
Biblioteca Ariostea, Ferrara.



Poco tiempo atrás, apareció una nueva conciencia frente a las desconocidas dimensiones del mundo, que ya no sólo se reducía a los límites de Europa. Las motivaciones de esta primera gran expansión territorial europea fueron económicas: las ciudades del norte de Italia mantenían estrecho trato comercial con los musulmanes desde varios siglos atrás, lo que les permitió tomar contacto con las culturas de Extremo Oriente. Ahora se trataba de romper el monopolio musulmán sobre las rutas a Oriente. Pero así mismo existían otras razones: buscar una ruta para atacar por la espalda y acabar con la "amenaza" turco-otomana, particularmente después de la caída de Constantinopla en 1453, que abrió las puertas de Europa a los turcos. Esta nueva "demonización" del Islam era el último estertor de la cruzada medieval.

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Alejandro VI (Rodrigo Borja) Museo de Bellas Artes, Dijon.


La expansión también fue empujada por la intensificación del comercio entre las ciudades italianas y Flandes. El punto obligado de escala fueron los puertos portugueses, que crecieron en importancia. Con el apoyo de los regentes de la casa de Avis, sus navegantes exploraron minuciosamente el Atlántico bordeando Africa, otro mundo totalmente nuevo: el Atlántico se convirtió en importante centro de actividad comercial. En 1471, los portugueses lograron la "hazaña" de traspasar el Ecuador, y en 1487 Bartolomé Días, dobló el Cabo de las Tormentas, en el extremo sur de Africa. El comercio con Oriente, que buscaba tapices, sedas, perfumes, metales, piedras preciosas y especias fundamentales para la conservación de los alimentos, quedó abierto mediante la circunnavegación del continente africano.
Mientras el expansionismo inundaba la conciencia de algunas naciones, en otras se rompía con la tradición monárquica medieval: aparecieron y se consolidaron los primeros estados nacionales. Hasta entonces el poder del rey estaba supeditado a la nobleza y limitado por el alto clero, cuando no se encontraban los reinos atomizados en numerosos feudos independientes. Ahora las monarquías entraban en una etapa de centralización del poder. Uno de los primeros casos lo protagonizó Castilla, el reino más grande y poderoso de la península ibérica. Desde la formación de una conciencia nacional, buscó la unión con Aragón y Cataluña, lo que se concretó con el matrimonio de Fernando e Isabel en 1469. En adelante, su política fue la confiscación de tierras, la creación de un ejército y la limitación de los derechos de las ciudades. Así se consolidó el poder real en la Península, se controló el poder de los señores feudales y se ejerció presión sobre los reinos más pequeños y débiles. La fase final sobrevino a partir de 1480, cuando se adelantó la guerra contra Granada, último reducto del Islam en España.
La predicación de una cruzada contra "herejes" musulmanes y judíos, a finales del siglo XV, afianzó la conciencia nacional. Los reyes contaron con el apoyo del papado, que para combatir más eficazmente a los enemigos comunes instaló la Inquisición en España, en 1478. Su importancia fue grande: dio un sentido religioso a la reunifícación, que finalizó en 1492 con la expulsión de moros y judíos. Con este acto, España abrió dos caminos a las pretensiones expansionistas de la nueva monarquía: Africa, tras la derrota de los musulmanes, y el interior de Europa. Meses más tarde se sumaría un tercer camino inesperado: las Indias Occidentales. En principio, se prefirió la expansión sobre Europa, centrando intereses sobre Italia, donde Aragón poseía Sicilia, Cerdeña y el reino de Napóles. El obstáculo fue Carlos VIII de Francia, que tenía la misma ambición.
Francia estaba en posición de disputar la hegemonía con España, porque también a finales del siglo XV se consolidó como potencia. Terminada la guerra de los Cien Años contra Inglaterra en 1453, Francia había quedado devastada, arruinada en su comercio y con varios ducados en manos de señores feudales, que no querían someterse a la autoridad del rey. Luis XI inició la unificación al conquistar el feudo rebelde más importante: el de Carlos el Temerario, duque de Borgoña. La victoria le permitió anexarse también el Artois, la Picardía y el condado Franco. Después, mediante herencias, logró el Maine, Anjou y Provenza. Paralelamente desarrolló un comercio interior y exterior que beneficiaba la Corona y también a la burguesía, que le había prestado apoyo. Más tarde se incorporó la ciudad de Marsella, el trampolín para iniciar la conquista de Italia y del Mediterráneo.

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Interés por la naturaleza:" Conjunto de Hierbas".
Acuarela de Albrecht Durer, 1513. Albertina, Viena


Un tercer caso de consolidación nacional fue Inglaterra. Finalizada la guerra de los Cien Años, estalló el conflicto de las Dos Rosas en 1455. Esta vez los actores fueron dos ciudades que luchaban por el poder: York y Lancaster. La dinastía de Lancaster tenía el respaldo de los señores feudales, mientras que la casa de York actuaba con ayuda de una nobleza aventurada en el tráfico comercial con productos agrícolas y ganado ovino. Después de treinta años, el agotamiento militar, social y económico abrió campo a nueva dinastía: los Tudor. Coronado en 1485, Enrique VII abrió el período de la reorganización del reino. Su proyecto era impedir que otras familias ocuparan el puesto de las que habían salido derrotadas de la guerra de las Dos Rosas: limitó las funciones y el poder del Parlamento, cuyas actitudes continuaban siendo feudales. La monarquía reemplazó el ordenamiento social y económico feudal.

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"El papa asno". Caricatura de un panfleto de Lutero
impreso en el taller de Lucas Cranach, 1523.


El mapa europeo en 1492 mostraba tres estados unificados: Francia, Inglaterra y España. Otras naciones formadas en el medioevo aspiraban a pequeños intentos de consolidación, pero, en realidad, estaban desintegrados en su interior. Fue el caso del Imperio Romano-Germánico, cuyo trono ocuparon los Habsburgo en 1438. La decadencia se consumó por la oposición entre los Príncipes Electores y el carácter hereditario del poder. La política tendía a contener la descomposición del Imperio, pero éste aún estaba lejos de la unificación. Por su parte, Italia se encontraba desperdigada entre pequeñas repúblicas, ducados, reinos y ciudades independientes, algunas incluso dentro de los mismos Estados Pontificios.
En Europa oriental, los intentos de unidad estuvieron encabezados por Polonia, que desde el siglo XIV venía buscando la unión con el gran ducado de Lituania. A pesar de los tropiezos con el principal obstáculo, la Orden Teutónica, en 1477 Casimiro, duque de Lituania, reunió las dos coronas. Pero el escaso control sobre las fronteras, las dietas provinciales y la presión de los nobles no favorecieron la creación de un poder realmente sólido. Otros estados orientales como Hungría, Moldavia, Besarabia y Serbia sucumbieron ante el empuje de los turcos, que tras la toma de Constantinopla se apropiaron de buena parte de los Balcanes.
Por su parte, el gran principado de Moscú inició con Iván III el desalojo definitivo de los mongoles, lo que facilitó la centralización del poder y el establecimiento de relaciones con la Europa occidental. También a finales de este siglo se inició la identificación con Rusia. Moscú, Estado ortodoxo independiente, se convirtió en la Tercera Roma, reemplazando a Constantinopla. Lo cierto fue que ninguno de estos estados de Europa central y oriental lograron una unificación territorial o de poder sobre una base nacional: el orden feudal aún se imponía.
El panorama de transformaciones estuvo acompañado por el llamado Renacimiento. Aunque su epicentro fue la Italia de la segunda mitad del siglo XV, pronto invadió la mayor parte de Europa. Sus alcances populares no fueron grandes, se circunscribió a la creciente burguesía con el apoyo de sectores nobles. El humanismo del siglo anterior creó las circunstancias favorables para la recuperación de la antigüedad clásica. Su búsqueda, estudio y traducción, animó la necesidad de profundizar en el conocimiento erudito, que en esta época era casi una actividad exclusiva de la Iglesia. El conocimiento se volvió laico y se constituyó en una nueva espiritualidad que estructuraba una sociedad profana.
Bajo la influencia de la burguesía, el interés se centró en la reivindicación de los valores individuales del hombre, lo que se expresó en todos los campos del conocimiento. Este antropocentrismo, que reemplazaba el teocentrismo, se caracterizó por su tendencia a crear una universalidad, es decir, el rechazo de lo particular en pos de un ensanchamiento de la óptica cultural y de la igualdad del hombre. Desde esta misma posición, intentó expresar los valores propios de una sociedad en proceso de transformación, lo que representaba una clara ruptura con los valores feudales.

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Mercantilismo: "El cambista y su mujer". Oleo de Marinus Van Reymerswaele, 1538.
Antigua Pinacoteca, Munich.


En esta larga y contradictoria lucha entre la afirmación de las monarquías, la persistencia de los feudos y la aparición de nuevas ideas, el pontificado se robusteció al convertirse en un centro unificador. La situación fue sorpresiva, porque a lo largo del siglo las circunstancias lo habían debilitado: las secuelas del papado en Avignon, junto con el Gran Cisma que duró hasta 1417, mermaron la autoridad pontificia. La recuperación fue lenta, pero a finales del siglo XV la relación medieval entre poder temporal y espiritual se estabilizó con un reparto efectivo de poderes entre el Papa y los reyes que habían consolidado sus monarquías. El pontificado entró en un proceso de "modernización" de su estructura y para ello apeló a su fortalecimiento militar y económico por medio de la recaudación del impuesto para hacer efectiva la decadente cruzada contra los turcos. Esto lo convirtió en blanco de las apetencias de las diversas familias dominantes, que sucesivamente se alternaron en el pontificado. El fortalecimiento papal en los asuntos temporales no implicó necesariamente la recuperación de la Iglesia. Ni los largos concilios ni las intrigas lograron superar la crisis interna que preparó el camino de la Reforma, pues se hizo evidente el descuido de las tareas propias de su función religiosa.

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La guerra: "Alabardero",
grabado de Lucas Cranach

Estos signos de decadencia de la Iglesia repercutieron profundamente en las creencias populares, que desviaron su centro de atención del dogma cristiano para buscar nuevas fuentes espirituales. Para finales de siglo, la piedad hacía énfasis en el culto mariano y en las indulgencias, pero no dejaba de ser supersticiosa. En el centro y occidente de Europa apareció lo que la Iglesia llamó brujería, con un ingrediente nuevo: el culto al demonio. En España se concentró la persecución sobre criptojudíos, criptoislamitas y gitanos, que prácticamente acababan de entrar a Europa.
También en centro y oriente de Europa, los últimos estertores de las herejías medievales daban qué hacer: en Alemania y Bohemia aún sobrevivían laboristas. utraquistas, miembros de la Unión de Hermanos y valdenses, contra quienes hubo cruzada en 1487; o aparecieron otros como el movimiento de Nikiashausen y la Reforma de Segismundo. Una característica los unía: el milenarismo o la creencia de la inminente segunda venida del Cristo con su Juicio Final, lo que complementaron con propuestas "heréticas": negación del trabajo, espiritualización de la vida cotidiana, igualdad entre los hombres, regreso a la iglesia primitiva y pobreza.
El milenarismo se constituyó en una de las características más importantes de estos finales de siglo. El mismo Colón se creía elegido por Dios para ser el portador del cristianismo a los "bárbaros" de Oriente, antes de la hecatombe final. El desembarco en el Nuevo Mundo confirmó su creencia, pues Mateo (24,14) lo había profetizado: "Se proclamará este Evangelio del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin...


actividad:  http://www.juegos-geograficos.com/juegos-geografia-Paises-de-Europa-_pageid48.html

viernes, 21 de abril de 2017

Desarrollo económico y organización social en las ciudades

Un nuevo personaje: el mercader


El comercio local
Al fortalecerse el comercio en la edad media, se formó en Europa una clase de comerciantes profesionales o mercaderes que con su profesión, relegaron la actividad agraria a un papel secundario. Estos mercaderes crearon una mentalidad propia, muy particular.
La mayoría de los mercaderes era de origen rural: personas que se habían visto forzadas a abandonar el campo por el aumento de población y la falta de tierras, optando por un estilo de vida errante y azaroso. Entre esta masa de desarraigados y aventureros se formaron los primeros comerciantes.
Los primeros comerciantes sólo recorrían pequeñas distancias para vender sus productos, pues los caminos eran malos y los bandidos los asaltaban con frecuencia. Además, cada vez que cruzaban un feudo, el señor feudal los obligaba a pagar un impuesto o les confiscaba sus mercancías.
Estos comerciantes vendían sus productos al menudeo. Sus mercancías eran, principalmente, artículos de primera necesidad como, por ejemplo sal, cerveza, miel, lana y cereales.
A finales del siglo XII en cambio, los mercaderes se volvieron errantes. Se trasladaban con sus mercaderías de lugar en lugar y vendían sus productos en ferias que se celebraban en fechas y lugares establecidos. Por eso se los llamó pies polvorientos.
Los pies polvorientos usaron animales de carga -en particular, caballos- para transportar sus mercancías. Otro vehículo muy utilizado por estos primeros comerciantes fue el carro de cuatro ruedas, tirado por caballos o por bueyes.
Para compensar las dificultades, los peligros y el costo del camino, los pies polvorientos vendieron no sólo productos de primera necesidad sino, también, productos de lujo como perfumes, especias y tintes que les dejaban un amplio margen de ganancias. También usaron las vías fluviales y las marítimas.
A partir del siglo XIV los mercaderes se volvieron sedentarios pues el volumen creciente de sus mercaderías dificultó su traslado de feria en feria. Entonces, comenzaron a establecerse en determinadas ciudades y comenzaron a vender al por mayor.
El primer tipo de el comercio en la edad media que cobró importancia en la Edad Media fue el comercio local, es decir, el que se efectuaba del campo a la ciudad. A través de este comercio, los campesinos libres y los señores feudales vendían sus excedentes a la ciudad: productos agrarios, madera, cuero y lana principalmente.
Luego, con las ganancias obtenidas con sus ventas, compraban en las urbes mercancías más elaboradas de las que no disponían en el campo como, por ejemplo, telas y herramientas.
El comercio local nunca desapareció. Sin embargo, fue el comercio a larga distancia o internacional el que caracterizó el renacimiento económico de la Edad Media.

Los Mercaderes y el campo

Una nueva clase social

Desde principios del siglo XII, la superpoblación, el hambre y las guerras habían bandeado a un número considerable de individuos, errantes, privados de todo, que pasaron a engrosar la multitud de mendigos o peregrinos ya existente. Entonces, algunos se dedicaron a pequeños negocios (…) Probaron una nueva suerte que nada tenía en común con las actividades tradicionales. Así pues, uno puede suponer que estos mercaderes crearon una mentalidad propia, muy particular. Esta gente, que hizo tabla rasa de sus antiguos vínculos, se lanzó a la aventura (…) buscando, ante todo, un rápido enriquecimiento. Los cronistas de la época hablan de advenedizos, de hombres sin fe y sin ley, sin escrúpulos, que por sus costumbres y modos difieren de los demás hombres.
J. Heers. Historia de la Edad Media



Del campo a la ciudad

La mayoría de las ciudades medievales del siglo XII eran pequeños centros donde los habitantes del campo circundante ofrecían un excedente de su producción a cambio de objetos elaborados en la ciudad como, por ejemplo, zapatos, o de artículos que llegaban a ella procedentes de otras regiones. Las ciudades reunían el excedente de su propia zona y lo pasaban a otras regiones y, al mismo tiempo, recibían parte del excedente de otras regiones y lo distribuían en su territorio. Para concentrar estos movimientos de compra-venta, las ciudades organizaron ferias que se celebraban una vez a la semana.

El comercio internacional y sus centros

El renacimiento de el comercio en la edad media se dejó sentir en toda Europa, pero hubo dos grandes focos donde éste se concentró: Italia del Norte y Flandes. Ambas eran zonas muy pobladas que se dedicaban a la manufactura de tejidos, de objetos de metal y de cerámica.

Italia

Italia se benefició del comercio internacional, pues estaba al centro de una antigua red vial romana y al medio del Mediterráneo. Por ello, y como consecuencia de las cruzadas, sus ciudades controlaron el comercio con Oriente. Los puertos más beneficiados con ello fueron Venecia, Génova y Pisa.
A través del Mediterráneo, Italia vendía a Oriente productos propios y artículos traídos del norte de Europa. De Oriente, los comerciantes italianos llevaban a Europa especias, sedas y perfumes.

Flandes

Otra zona comercial que gozaba de una situación estratégica era Flandes que se hallaba frente al mar del Norte y en la que desembocaban varios ríos europeos, como el Rin y el Mosna.
La región de Flandes perteneció a una importante liga comercial, la liga Hanseática, que comerciantes alemanes habían organizado con las ciudades de Hamburgo, Lübeck. Rostock y Stettin a la cabeza. Esta liga monopolizó las exportaciones del norte de Europa, desde Novgorod en la actual Rusia, hasta Londres.
De esta manera la liga Hanseática consolidó un importante tráfico de trigo, madera y pieles que, en Flandes, se reunía en la ciudad de Brujas, que fue su principal puerto de almacenaje y redistribución.
Flandes exportaba los productos de estas regiones al resto de Europa a cambio de artículos de Europa del centro y del sur y de objetos de Oriente. Exportaba, también, sus propios tejidos.

Rutas y transportes

Para comerciar a larga distancia, los comerciantes medievales contaron con tres rutas: las vías terrestres, las fluviales y las marítimas. Aunque el transporte terrestre permitía alcanzar zonas del interior sin ríos, fue siempre el más caro y penoso, pues los caminos eran malos e inseguros y se debía pagar gran cantidad de impuestos.
Por seguridad, los mercaderes preferían el transporte fluvial. Las redes fluviales más importantes fueron las del río Po, el Ródano, el enrejado de ríos de la zona de Flandes. el Rin y el Danubio. Sin embargo, el medio fluvial también estaba sujeto a impuestos.
El medio de transporte más barato fue el marítimo, por eso fue el preferido a pesar de los riesgos de naufragio y de piratería, de la poca capacidad de las naves y de la lentitud del viaje. Además, un solo barco podía llevar las cargas de varios comerciantes a la vez.



Organizaciones comerciales en el comercio en la Edad Media

La liga Hanseática

En los mares del norte, comerciantes alemanes organizaron una red de casas comerciales que compraban y vendían productos desde Inglaterra hasta Rusia. Esta red comercial conformó una corporación, la liga Hanseática, cuya sede se hallaba en Lübeck. La liga llegó a incluir 200 ciudades. La naves hanseáticas transportaban una gran variedad de artículos: miel y pieles de Rusia, pescado de Escandinavia y lana de Inglaterra, entre otros productos más.

Las ferias

La actividad comercial se impuso en toda Europa en el transcurso del siglo XIII. Dentro de un ambiente de plenitud económica, alcanzaron gran importancia las ferias, grandes mercados situados en zonas de contacto entre el comercio mediterráneo y el nórdico, a las que acudían mercaderes de todos los lugares de Europa.
Las ferias no eran mercados permanentes, pues sólo se realizaban en ciertos períodos del año. Su celebración duraba varios días. A estas citas comerciales acudían, también, titiriteros y juglares, que añadían a la celebración un carácter festivo.
De todas las ferias que se celebraban en la Edad Media, las que alcanzaron mayor renombre fueron las ferias de Champaña, que se instalaban en la llanura francesa de ese nombre, a medio camino entre Venecia y Brujas. Las ferias de Champaña eran, por lo tanto, lugares de encuentro entre los comerciantes flamencos e italianos.



Otros instrumentos de el comercio en la Edad Media

Paralelamente al desarrollo comercial a larga distancia, se produjo un desarrollo monetario a través del cual la acuñación y la circulación monetaria aumentaron.
Las primeras monedas que cobraron un valor internacional y que por lo tanto, tenían vigencia en varios países, se hicieron a fines del siglo XII en Venecia: los matapanes de plata. Después, Francia, Flandes e Inglaterra acuñaron, también, monedas internacionales de plata.
La acuñación de oro en cambio, fue propia del siglo XIII. A partir de entonces, la mayoría de los países europeos adoptó el bimetalismo monetario: el uso de monedas de plata y de oro.
Para agilizar las transacciones comerciales se formaron los primeros bancos y aparecieron los banqueros, que se especializaron en reconocer las diferentes monedas, su peso y sus equivalencias.
Con el tiempo, los banqueros se volvieron prestamistas que cobraban intereses por los préstamos que realizaban, aceptaban velar por los ahorros, abrían libros de cuenta y efectuaban transferencias monetarias para sus clientes.
Puesto que viajar con grandes sumas de dinero era muy incómodo como peligroso, la mayor parte del comercio comenzó a realizarse en forma de transacciones a crédito.
También se utilizaron las letras de cambio: un acuerdo entre un prestamista y su deudor en el que el dinero prestado podía devolverse un tiempo después en un lugar diferente al del préstamo y en otra moneda diferente a la prestada.
De esta manera, un mercader italiano que quisiese comprar, por ejemplo, tejidos en Flandes, podía pedir una letra de cambio en esa región y comprar lo necesario y un tiempo después, pagarlo en Italia. Las letras de cambio eran empleadas no sólo por comerciantes sino, también, por otros viajeros, con el mismo fin que los modernos cheques de viaje.

Ferias y bancos

Las ferias de Champaña

Aunque las ferias se celebraron en todos los países europeos, en los siglos XII y XIII todas quedaron relegadas por las ferias de Champaña: seis ferias que se celebraban a lo largo de todo el año una vez en la aldea de Lagny, otra en Bar-sur-Aube, dos veces en Provins y tres en Troyes. Estas ferias destacaron sobre todas las demás porque los condes de Champaña las protegieron liberando de impuestos a los comerciantes que acudían a ellas. Sobresalieron, también, por su situación geográfica, que las convirtió en el principal lugar de encuentro de los mercaderes. Por eso, en aquella época, la meta más importante de cualquier comerciante eran las ferias de Champaña. Las ferias decayeron en el siglo XIV. cuando los comerciantes se volvieron sedentarios.

La aparición de los bancos

AI principio, los mercaderes portaban consigo el dinero. Con el tiempo, las operaciones comerciales se volvieron difíciles a causa de la diversidad de monedas y de valores existentes. Para efectuar cambios de dinero y agilizar las transacciones, aparecieron los primeros cambistas, que ubicaban delante de su tienda un banco, sobre el que colocaban las diferentes monedas. Otro instrumento importante para su actividad era la balanza: el peso de las monedas permitía establecer la cantidad de metal precioso que contenían y, con ello, fijar su valor. Muy pronto los cambistas recibieron los ahorros de la gente y los invirtieron en empresas lucrativas y en préstamos.

actividades:https://www.educaplay.com/es/recursoseducativos/1039016/las_rutas_comerciales.htm

lunes, 10 de abril de 2017

Economía rural y sociedad campesina

La economía rural
El trabajo rural fue la base de la economía durante la Edad Media. A partir del año 1000 se difundieron nuevas técnicas que permitieron obtener un mejor rendimiento de los cultivos.
Seis fueron las innovaciones principales del período:

 
 
  • El arado provisto de una cuchilla y de una vertedera, que penetraba profundamente en el terreno y permitía dar vuelta y ventilar la tierra. Este tipo de arado fue utilizado en las pesadas tierras negras del norte de los Alpes, donde reemplazó al antiguo arado liviano, útil para remover las tierras arenosas y livianas de la zona del Mediterráneo. El nuevo arado utilizaba más piezas de hierro que el anterior.
 
 
  • El empleo del la rastra, que se pasaba al campo, una vez arado, con el objeto de romper los terrones para facilitar la siembra y el crecimiento de los cereales.
 
 
  • El uso generalizado del caballo en las tareas del campo. Hasta esa época sólo se habían utilizado bueyes, que eran más lentos. El trabajo con caballos resultaba más costoso porque había que colocarles herraduras, además de tener que sembrar avena para alimentarlos, mientras que los bueyes se alimentaban con pasto del campo.
 
 
  • La introducción de la collera rígida, para los caballos, y del yugo frontal, para los bueyes, permitió un mayor aprovechamiento de la fuerza animal.
 
 
  • La diversificación de los cultivosgracias a la implementación de la siembra de diversos tipos de cereales y de legumbres –por ejemplo, habas y porotos-, que podían cosecharse al cabo de menos tiempo que el trigo. Sin embargo, el trigo continuó siendo el cereal por excelencia gracias a su importancia en la elaboración de pan, que fue, durante toda la Edad Media, el principal alimento de la población.
  • Se divulgó la rotación trienal de los campos, en lugar de la bienal (el campo se dividió en tres parcelas en lugar de dos). Esto significa que sólo cada tres años la misma parcela era empleada para el mismo fin. Este método permitió descansos más prolongados de la tierra (barbecho), mayor diversidad de los cultivos, una mejor alternancia de los barbechos y la obtención de dos cosechas anuales en lugar de una.


actividades


pintar  el siguiente dibujo:
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lunes, 3 de abril de 2017

demogtrafia y peste negra en europa capitulo 9

https://www.youtube.com/watch?v=cTGOcqsRlyc



actividades

Cuándo comenzó la peste? ¿Desde dónde vino?
¿A qué achacaban la peste? (Son dos razones)
¿Qué medidas intentaron contra ella (son tres)? ¿Por qué no funcionaron?
¿Cual eran los síntomas de la enfermedad?
¿Cómo se contagiaba?
Explica los tres tipos de comportamientos que se dieron con la llegada de la peste
¿Por qué desapareció el gobierno y la justicia?
¿Qué ocurría en el campo? ¿Qué problemas crees que traería esto

espacios politicos en europa capitulo 8


Durante la Edad Media, el orden político se sustentaba en el monopolio ideológico ejercido por la Iglesia Cristiana. La mentalidad que había servido a la sociedad era esencialmente religiosa y fueron vistos como una extensión de la Trinidad. Los siervos tenían que trabajar en la función de la tierra. La clase de la nobleza disfrutaba de la riqueza producida por los criados, y se dedicó a la protección de sus tierras. En la parte superior de esta jerarquía se encontraba la Iglesia, que tenía el objetivo de proporcionar a la salvación espiritual de todos. Esta justificación ideológica, en la mayoría de los casos, se vio reforzada por imagenes de suntuosos edificios e instituciones donde el poder puede ser percibido visualmente. Es importante recordar que el campo de las letras se limita a los clérigos y un pequeño porcentaje de personas que tuvieron la oportunidad de aprender otros idiomas o entrar en contacto con diferentes obras. El período medieval tardío trajo otra estructura de poder ya no sólo a cargo de los clérigos. Desde entonces, los monarcas tenían una importancia fundamental para el nuevo poder y para satisfacer las demandas de nuevos grupos sociales que aparecieron con el renacimiento urbano y los comercios surgidos entre los siglos XII y XV. Sin embargo, la respuesta a las demandas de la burguesía o las victorias sobre revueltas campesinas no eran suficientes para dar legitimidad a esta autoridad. Los símbolos y las ideas míticas que se encontraban en la imaginación medieval también tuvieron espacio en medio de los estados-nación modernos. El rey la ropa llena con todo detalle y color hacía que se distinguiera de sus súbditos por su apariencia. Por otra parte, el rey debía utilizar una decoración dorada y llevar las reliquias en sus manos. Cualquier teoría del derecho divino de los reyes fue vista transfigurada por los gestos y los objetos de impactante distinción. En Francia, esta aura única se vio reforzada a través de diferentes rituales. Cuando un nuevo rey llegó al poder, la Catedral de Reims fue preparada para que el clero tuviera que reconocer el nuevo elegido de Dios. La bendición sacerdotal, en lugar de demostrar cualquier tipo de acuerdo o subordinación de la Iglesia y el Estado, lo que indicaba era el final de un evento mágico donde el pueblo vio un nuevo predestinado ocupando un lugar sagrado. Por lo tanto, más que una persona que ocupaba un cargo político, el rey era visto como un instrumento irrevocable con virtudes como la justicia, el orden, la prosperidad, la fuerza y la victoria. lo tanto, como se señala en la Biblia, el rey era el jefe de un “hogar” que se compone de una multitud de personas que representan a otras partes de un cuerpo armonioso. 

actividades

¿Qué se consideraba en la Edad Media Monarquía Absoluta o Autoritaria y cómo funcionaban el poder del Rey?



sábado, 18 de marzo de 2017

la sociedad en la edad media

Estructura estamental de la Edad Media 
La organizacion social medievaledad media o feudalismo tenía una estructura estamental que basaba su estabilidad en los vínculos de fidelidad personal, vasallaje y feudo, a través del homenaje. Esta sociedad estamental está organizada de forma piramidal. Hay tres estamentos básicos la nobleza, el clero y el estado llano.
Para la mentalidad medieval de los siglos de la plenitud, la sociedad responde a una división tripartita de funciones: los que rezan; los que luchan y los que trabajan.

1.La nobleza.
Forma la cima de la sociedad feudal. La cúspide la ocupa el rey, el único legitimado para hacer leyes. La nobleza medieval es heredera de los grandes latifundistas romanos y de la aristocracia germánica. Controlaba la vida económica, y tras la desaparición del Imperio germánico ejerció el poder de manera absoluta, en la plena Edad Media.
Desde el siglo XIII, tras el fin de las cruzadas y la Reconquista, los reyes tienden a recuperar su poder, la nobleza se transforma en aristocracia de sangre y las desigualdades internas aumentan. Aparecen las diferencias entre señorío territorial y jurisdiccional: que no tienen poder sobre los súbditos de las tierras y pueden volver a la corona, una vez muerto el señor. Aparece una alta y una baja nobleza, en función de sus ingresos y de su proximidad al rey. Con la tendencia al realengo el poder del rey se hace autoritario, a finales de la Edad Media. La nobleza tendrá sus propias leyes y jueces.

Con el tiempo, la nobleza tiende a emparentarse con la alta burguesía, tan rica o más que ella.
El imperio carolingio es uno de los más relevantes en la historia de la edad media, su sociedad estaba estructurada de una forma en particular: Los diversos gobiernos locales se encarnaban en los condados, departamentos de dimensiones variables, regidos por un conde o prefecto, nombrado por el rey. Se le conferían poderes militares, fiscales y judiciales mientras los religiosos eran ejercidos por los obispos que, al menos en teoría, dependían del pontífice. Las relaciones obispo-conde reproducían en un nivel más bajo las del Papa-emperador. Los condes eran los más altos funcionarios periféricos. Entre ellos, cuando estallaba una guerra, era elegido el duque o marqués, comandante de las fuerzas de una circunscripción militar, que de vez en cuando eran reclutadas entre la población de uno o varios condados.

2.El clero.
Es una institución plenamente feudalizada. Las órdenes religiosas son terratenientes, y aumentan sus posesiones gracias a las donaciones. Son auténticos señores feudales con idéntico papel económico y político que la nobleza. Durante la Alta Edad Media, el control de Roma sobre las órdenes religiosas es muy escaso, y se dedican a ejercer su poder con autoritarismo. La ausencia de una regla que regule la vida en los monasterios favorece la corrupción y la degeneración de la espiritualidad.
El clero también tenía su propia legislación, por la que regirse, y estaba exento de pagar impuestos, además de ser perceptor del diezmo. Sin embargo, la Iglesia, como institución, pagaba tributos al rey. No obstante, el nivel de rentas no era el mismo para todo el clero. Las órdenes monacales eran muy ricas, así como los obispados, como el de Toledo, mientras que los curas de parroquias campesinas eran muy pobres. Existe una red de parroquias que sostienen tanto la Iglesia como el Estado.

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viernes, 10 de marzo de 2017

el dominio del espacio europeo


Las Cruzadas eran las guerras realizadas por los cristianos durante los siglos XI y XIII, de 1095 a 1291, cuyo objetivo era reconquistar en Santo Sepulcro de la mano del dominio musulmán. Estas guerras fueron luchas de carácter religioso principalmente. Los cristianos marchaban desde el occidente hacia el oriente para así combatir por la cruz. Este signo era muy importante para los cruzados, tan así que incluso lo bordaron en rojo sobre sus vestiduras: de aquí es donde se origina el nombre de las famosas “cruzadas”.
Las Cruzadas fueron realizadas por grandes civilizaciones, ya sean los de las fronteras de Germania, los franceses y los ingleses, y juntos lograron combatir a los infieles, que eran los musulmanes. Toda Europa de Occidente, animada por un gran fervor religioso, luchó durante dos largos siglos para expulsar de esas regiones a los mahometanos. Por esto las cruzadas pasaron a ser más que una lucha por defender la religión cristiana, porque fue tan grande en la historia, que lograron aprobar una profunda unidad que imprimió el cristianismo a la civilización europea durante la época feudal.
Las causas de las cruzadas fueron tanto religiosas como políticas y sociales. A mediados del siglo XI, un nuevo pueblo musulmán, el de los turcos seléuidas, conquistó el califato árabe de Bagdad. Impuso su dominación desde Jerusalén hasta las costas del Golfo Pérsico.
Otras causas contribuyeron a iniciar las cruzadas y a mantener durante casi dos siglos la guerra santa contra el islam: la fe religiosa, el temperamento belicoso de los señores feudales, el atractivo de la lucha en países desconocidos y el afán de conquistar tierras, riquezas y poder en el occidente.
Los sultanes o reyes turcos arrebataron al imperio de Bizancio el Asia Menor, estableciendo su capital en Misea, ciudad que no distaba más de cien kilómetros de Constantinopla. Luego derrotaron a los musulmanes del Cairo (Egipto), se apoderaron de Jerusalén (1078) y conquistaron a toda Palestina y a Siria.
Éstas conquistas repercutieron en Europa: el emperador de Bizancio, Alejo I (1087- 1118), solicitó a protección para los cristianos de oriente al Papa Urbano II. La gestión no fue mal recibida por el Papa, pues la concesión de la ayuda pedida podía significar la reunificación del cristianismo bajo, bajo la égida de los pontífices romanos. Los peregrinos cristianos que regresaron de los Santos Lugares, relataron las persecuciones y crueldades de que habían sido objeto por parte de los turcos, que no guardaban para con ellos la tolerancia practicada hasta entonces por los musulmanes del califato del Cairo.
Resumen de las Causas.
  • Religiosas: La más importante era recuperar el Santo Sepulcro y arrojar a los turcos Seldyúcidas que maltrataban a los cristianos. También querían la vuelta de los griegos cismáticos al seno de la Iglesia.
  • Sociales: El ardor de los señores feudales.
  • Políticas: Proteger la civilización cristiana de occidente de la amenaza musulmana

  • PRIMERA CRUZADA:
    Se cree que las Cruzadas comenzaron el día jueves 27 de noviembre de 1095, en una cuidad de Francia llamada Clermont-Ferrand. Ese día, el Papa Urbano II convocó a muchos seglares y clérigos que asistían a un concilio en esa ciudad, y mientras los predicaba, dio la idea de armar una Cruzada para recuperar Jerusalén, y les pidió a sus oyentes que se unieran a ella. Sin embargo, ellos aceptaron decididamente y fueron en busca de más aliados. Se reunieron alrededor de 60.000 personas y se formaron cuatro grupos con ellas, a cargo de Godofredo de Bullón, donde cada uno tendría su destino; así estuvieron listos para partir en agosto del año 1096. Aunque varios eran franceses, otros provenían del sur de Italia, y de las regiones de Borgoña y Flandes. La idea era que todos los grupos llegaran por separados a Constantinopla, donde se realizaría un contraataque, junto al emperador Alejo I Comneno y su ejército, en contra de los Selyúcidas, que habían conquistado Anatolia. Cuando esto se lograra y todo estuviera bajo control, todos los cruzados realizarían una campaña contra los musulmanes de Siria y Palestina, siendo Jerusalén su objetivo fundamental. El emperador Alejo presionó a los cruzados para que éstos le devolvieran cualquier territorio bizantino que habían conquistado antes, y los cruzados empezaron a tener sospechas contra los bizantinos. Sin embargo, atacaron Antonia y sus habitantes se rindieron frente a los bizantinos.
    Luego, los cruzados se encontraron con el ejército Selyúcida, y lo vencieron casi completamente. Después les tocó conquistar Antioquia, y apenas llegaron allá, un ejército turco
    los atacó, que aunque llegaron, lo hicieron demasiado tarde. Aquí, en Antioquia, los cruzados permanecieron descansando hasta fines de noviembre de 1098. Iniciando el último tramo de su viaje, evitaron atacar ciudades, porque así sus tropas se mantendrían intactas y numerosas. Llegaron a las fronteras de Palestina y acamparon muy cerca de las murallas de Jerusalén. Al verse en frente de Jerusalén, que estaba protegida por un ejército muy numeroso, no se detuvieron, ya que vieron que el suyo estaba bien preparado para el ataque. El 15 de julio tomaron Jerusalén y masacraron a casi todos sus habitantes, dejándola purificada de la sangre de los infiele


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    actividades:

    https://www.educaplay.com/es/recursoseducativos/1358933/test_sobre_las_cruzadas.htm